Frente al neoliberalismo de la Unión Europea y de los gobiernos
Andalucía necesita rebeldía para exigir soberanía
El 4 de
Diciembre de 1977 millones de andaluces y andaluzas reclamamos en las
calles de nuestra tierra nuestro derecho político como nación a resolver los
problemas de Andalucía y determinar su futuro desde su propio autogobierno.
Exigíamos un Poder Andaluz capacitado para obtener el pleno empleo, la
reforma agraria, el desarrollo y control de los recursos andaluces.
Más tarde, el 28 de
febrero de 1980, en las urnas, de forma pacífica y ordenada, el pueblo
andaluz afirmó de nuevo su personalidad colectiva frente a aquellos que
pretendían reeditar nuestra secular marginación política y ridiculizar nuestra historia y cultura. Un
año después, el 20 de octubre de 1981, el pueblo andaluz aprueba en
referéndum el Estatuto de Autonomía para Andalucía, elaborado en la histórica
ciudad andaluza de Carmona.
Tuvieron que
pasar 45 años desde que el golpe militar fascista cortara por la vía del
asesinato y el atropello el desarrollo legislativo de nuestro primer
Estatuto de Autonomía que en fase de borrador ya se encontraba en el Congreso
de los Diputados de la II República para que nuestra tierra pudiera acceder
a su autogobierno. La Dictadura nos privó de los derechos más fundamentales y
perdimos casi medio siglo intentando mantener en la clandestinidad nuestras
verdaderas señas de identidad como pueblo.
No fue un
camino fácil. Nuestro desarrollo y cultura se vieron demasiadas veces prisioneras del lastre que denunciaba Antonio
Machado: “La España de charanga y pandereta”. La marginación
social, el paro, la emigración y la dependencia económica fueron un azote
continuo para miles de andaluces y andaluzas.
Tras 32 años de experiencia
autonómica no es exagerado declarar que los frutos políticos obtenidos con
la obtención del Estatuto no se corresponden con las expectativas sociales que
se levantaron entonces.
Andalucía continúa
ocupando en el desarrollo socio-económico de las naciones europeas uno de los últimos puestos. La industria
andaluza ha perdido en los últimos años su ya escasa importancia en la
estructura económica de Andalucía. Hoy, Andalucía es más desierto industrial
que nunca. El crecimiento de la economía andaluza se debe en un 60 % al
aumento del valor añadido del sector terciario. Nos quieren convertir en un
país de camareros y dependientes, en un gran hotel para el turismo. Han
desmantelado la pesca y en el sector público las privatizaciones (Izar,
Tabacalera, etc) se han convertido en el pan nuestro de cada día.
Las políticas de la Unión
Europea están destrozando la agricultura mediterránea y, en particular,
la andaluza, donde nuevamente se está produciendo una concentración de la
propiedad de la tierra, del agua y la semilla.
La economía andaluza no está
dirigida a satisfacer los intereses de la mayoría social Andalucía ni el
aprovechamiento adecuado de sus recursos naturales.
La crisis está golpeando más
en Andalucía que en el resto del Estado español: casi 10 puntos más de
desempleo que la media estatal; cerca de un 60% de la juventud en paro; casi 50
desahucios diarios...
Ya no emigran sólo las familias jornaleras en busca de
los espárragos en Navarra o la vendimia francesa. Ahora, son los jóvenes, altamente
preparados y capacitados, que tienen que salir al extranjero a buscarse un
futuro.
En el plano político, la
soberanía de Andalucía se ha visto ignorada en los momentos decisivos. Nuestro
suelo continúa ocupado por bases militares extranjeras que actúan
deliberadamente contra otros países sin que los andaluces y andaluzas tengamos
la más mínima posibilidad de decidir.
Seguimos sin saber donde
están los 1700 millones de euros de los ERE’s y los tímidos intentos
parlamentarios de indagar en la verdad de esta trama de alta corrupción que
salpica al PSOE han quedado en agua de borrajas.
Los recortes impuestos por
la Troika y por La Moncloa demuestran la falsedad del mensaje que nos vendieron
respecto al Estatuto de Autonomía. El Estatuto es papel mojado, todo depende
básicamente de Madrid. A eso se le añade el robo de nuestras cajas de ahorros,
primero privatizadas y luego mal vendidas a capitales foráneos.
No es hora de resignarse, no
es hora de agachar la cabeza, no es hora de bendecir los recortes, es hora de
rebelarse de verdad y no de palabra. Es hora de salir a la calle a decir basta
ya ante tanto atropello. ¡A LA CALLE, QUE YA ES HORA!
Pero a la calle no para
encauzar la frustración y la rabia contenida y servir de válvula de escape del
sistema, como hacen algunos. A la calle para empoderarnos como pueblo y exigir
lo que es nuestro. A la calle para liberarnos de una vez de esta España que nos
pisotea y nos hunde en la
miseria. Queremos soberanía, de verdad, para decidir nuestro
destino como nación y poder real para administrar nuestros recursos.
Hay que expropiar, sin
indemnización, las cajas de ahorros que nos robaron, deben volver a Andalucía,
deben volver a la gestión pública. Hay que acabar con la corrupción y tirar de
la manta de una vez sin complejos, caiga quien caiga. Hay que declarar ilegales
los desahucios, los del pasado, los del presente y los del porvenir. Hay que
eliminar el requisito de las peonadas para acceder al subsidio y la renta
agraria. Hay que establecer la renta básica para que todo el mundo tenga un
mínimo para vivir y un techo donde refugiarse.
La acción política debe ser
un servicio a la ciudadanía, al conjunto de la sociedad, dirigida al bien
común. Cuando la política se prostituye y se convierte en un mercadeo para
satisfacer los interesas especulativos de los buitres del ladrillo y los
ladrones de guante blanco de la banca no existe política. No hay políticos
corruptos, el sistema es corrupción, entero, completo, está podrido. Porque el
sistema está pensado para corromper. Por eso no nos sirve.
Hay que traspasar la
frontera de un sistema, el capitalismo, que ya no funciona. Hay que tirar al
basurero de la historia a la monarquía heredada del franquismo. Hay que exigir
a Rajoy que se vaya de una vez y que el partido de los sobres se vaya con él.
Hay que exigir al Gobierno de la Junta que no engañe más. Que no diga que en
Andalucía se han parado las políticas del PP cuando aquí también se recorta.
Hay que defender el municipalismo frente a la agresión centralizadora del PP.
Este 28F debe ser un nuevo comienzo.
Andalucía lo necesita. Por Caparrós, asesinado por la Policía española, por el
esclarecimiento de los hechos y reapertura del sumario judicial, por la memoria
histórica y colectiva de los andaluces y andaluzas. Por eso vamos a salir a la
calle de la mano del SAT y del Bloque Crítico para comenzar un camino juntos
que de la mano de la rebeldía nos lleve a la soberanía económica, política y
cultural. Ha llegado la hora de la rebeldía, de la insumisión, de la protesta,
luchemos juntos por una Andalucía Libre en la perspectiva de una Humanidad
emancipada.
¡VIVA
ANDALUCIA LIBRE!
¡VIVA
LA LUCHA DE LA
CLASE TRABAJADORA!
Andalucía, 22 de febrero de 2013
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